miércoles, 21 de febrero de 2018

Dos poetas que se atreven.

Éstas últimas semanas hemos leído en clase de Literatura Universal algunos textos de varios autores, como Petrarca, John Donne y William Blake, los cuales dejaré a continuación:

PETRARCA.

Cuando me paro a contemplar los años
que han esparcido huyendo mis pensamientos, 
y apagado el fuego donde helándome ardí,
y acabado el descanso de mis afanes, 
rota la fe de los amorosos engaños, 
y en dos partes todo mi bien dividido, 
una en el cielo y otra en la tierra, 
y perdido el provecho de mis daños, 
en mí vuelvo, y me encuentro tan desnudo 
que siento envidia por cualquier extrema suerte:
tanto dolor y miedo de mí tengo. 
¡Oh mi estrella oh Fortuna, oh Hado, oh Muerte,
oh para mí siempre dulce día y cruel, 
como me habéis puesto en tan bajo estado!


JOHN DONNE.

    ¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe? 
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo? 
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo. 
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo. 
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un 
promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. 
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a 
toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. 



WILLIAM BLAKE. (FRAGMENTOS DE POEMAS)




   1. ¿Por qué se desvanecen los niños de la primavera?

Como un reflejo en un cristal y como sombras en el agua.
Si pudiera tenderme dulcemente. 
Y dormir dulcemente el sueño de la muerte
Y dulcemente oír la voz de aquél que recorre el jardín
Al final de la tarde.  Desesperanza.





2.
Tigre, ardiendo brillante en el bosque de la noche
¿Qué mano, qué ojo inmortal fabricó tu cruel simetría?
¿En qué cielos en que simas ardió el fuego de tus ojos? 
¿Quién urdió tu corazón? 
¿Sonrió al ver su creación? 
¿Fue quién hizo al cordero tu hacedor? 
Tigre, tigre. Ardiendo brillante de los bosques de la noche 
¿Qué mano? ¿Qué ojo inmortal fabricó tu cruel simetría?
Orgullo por su creación. 


3.
¿Quién cambiará el fuego de su hogar/por una piedra en la puerta ajena?
¿Quién cambiará una hogaza de trigo/por los grilletes de una celda?
¿Quién cambiará a su recién nacido/ por el perro que ronda en el frío umbral?
La capacidad de rechazar una situación de confort por ayudar a los demás.

4.
Cada noche y cada mañana algunos nacen para la miseria.
Cada noche y cada mañana algunos nacen para el dulce gozo.
Algunos, nacen para el dulce gozo, cada noche y cada mañana.
Algunos nacen para la noche sin fin.  Soledad e injusticia. 

5.
Ver el mundo en un grano de arena.
Y el paraíso en una flor silvestre.
Sostener el infinito en la palma de la mano.
Y la eternidad en una hora. Complejidad y vida. 








A pesar de tratarse de tres autores, hablaré más detenidamente de éstos dos  últimos, haciendo una pequeña reflexión de los poemas o en el caso de William Blake, de los fragmentos que hemos visto.

En primer lugar, hablaré del autor John Donne, que nació en el año 1571 y falleció en el 1631, a la edad de cincuenta y nueve años. Fue el más importante poeta metafísico ingles de las épocas de la reina Elizabeth I. La poesía metafísica es más o menos el equivalente a la poesía conceptista del Siglo de Oro español Su obra incluye: poesía amorosareligiosatraducciones, epigramas, elegías, canciones y sermones en prosa. 

El tema principal del poema titulado Por quién doblan las campanas, inspirado en la novela bajo el mismo nombre (en inglés, For Whom the Bell Tolls) cuyo autor es Ernest Hemingway, es el término de unidad. Es decir, lo que pretende John Donne en este caso, es hacer adquirir al lector un sentimiento de amor hacia los que le rodean, e incluso los que se encuentran a miles y miles de kilómetros. Podría relacionarse con el famoso efecto mariposa, que advierte que el aleteo de una mariposa en Japón puede desencadenar un huracán al otro lado del mundo. Es decir, lo que le ocurre a un ser humano en un país en concreto, puede afectar sin ninguna duda a otra persona que se encuentre en, por ejemplo, otro continente. Por ello,el verso que cita; Si el océano se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, claramente hace referencia a que aunque no conozcas físicamente a una persona, no significa que su muerte no te afecte. Como bien sabemos, sobretodo antiguamente en los pueblos, las campanas de las iglesias comenzaban a tocarse para indicar que se estaba celebrando un funeral para que los habitantes fueran a dar el pésame a las familias y despedir al difunto. Se puede observar una crítica certera a cómo el oyente de dichas campanas, se cuestiona acerca de quién será la razón por la que se oye dicho sonido. A lo que el poeta responde, que es para él mismo. Dicho de otro modo, las campanas no suenan por el difunto, sino por todos, porque la muerte de una persona debería afectar a todos, ya que estamos unidos a toda la humanidad. 

En segundo lugar, William Blake, nació en Londres en el año 1757, muriendo sesenta y nueve años después el doce de agosto de 1827. Es un escritor que refleja en sus poemas la relación del ser humano con su aparente creador, es decir, Dios, y si éste busca la crueldad en la perfección más que la igualdad, como podemos ver reflejado en el segundo fragmento del poema que he dejado arriba. Además, se puede observar el concepto de unidad en el primer poema y en el último. En el primero puesto que el hecho que se desvanezcan los niños de la primavera, ocasiona su deseado sueño de la muerte. Y aparte, en el último, es totalmente visible su capacidad para ver lo importante en lo más pequeño; el mundo en un grano de arena. En este último fragmento es mucho más visible el concepto de unidad que en el pasado. 

Andrea De La Fuente Igual. 


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