sábado, 24 de febrero de 2018

Tolerancia y trabajo.

En las últimas clases de Literatura Universal hemos estado comentando el relato titulado Cándido, del  escritor, filósofo, historiador y abogado francés llamado  François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire. Nació en el año 1694, falleciendo 83 años después, en el 1778. 
François-Marie Arouet fue el último de los cinco hijos del matrimonio entre el notario François Arouet y Marie Marguerite d'Aumard, esta de una noble familia de la provincia de Poitou-Charentes y fallecida cuando él contaba siete años de edad. Estudió latín y griego en el colegio jesuita Louis-le-Grand durante los últimos años del reinado de Luis XIV y allí trabó amistad con los hermanos René-Louis y Marc-Pierre Anderson, futuros ministros del rey Luis XV
Además, figura como uno de los principales representantes de la Ilustración. En 1746, Voltaire fue elegido miembro de la Academia Francesa en la que ocupó el asiento número 33. 

En 1778 Voltaire volvió a París. Se le acogió con entusiasmo y murió el 30 de mayo de ese mismo año, a la edad de 83 años. En 1791, sus restos fueron trasladados al Panteón.

 En cuanto a su moral filosófica, podría resumirse principalmente en una de su célebre frase: 
''No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo''

Como se puede deducir, Voltaire defendió la tolerancia por encima de todo. Por otra parte, también defendió que la labor del hombre es tomar en su mano su propio destino, mejorar su condición, garantizar, embellecer su vida con la ciencia, la industria, las artes y por una buena política de las sociedades. 


Voltaire criticó en numerosas ocasiones la pretensión del pueblo judío de ser el pueblo elegido por Dios y se hizo eco de los prejuicios habituales en su época contra los judíos. Esta actitud crítica, que ha llevado a algunos a tildarle de antisemita o antijudío, se inscribe en la hostilidad general del autor contra la religión, que le llevó a atacar con idéntico celo a cristianos y musulmanes.​ Por ello, muchos historiadores consideran a Voltaire antirreligioso en general, antes que antisemita o anticristiano, sin embargo no por eso se le debe considerar intolerante a las religiones, ya que puede no aceptar los dogmas religiosos, y sin embargo, tolerarlos.

Ahora, hablaré sobre la opción que nos dio la profesora Luisa para la actividad creativa, con una reflexión acerca de si en un futuro no hubiese trabajo para todos, elegiría trabajar o no.

Como bien sabemos, todas las personas necesitan un motivo para levantarse cada mañana de la cama. Algunos lo asocian a una persona, por ejemplo tu familia o inclusive tu pareja, pero a veces nos centramos tanto en el amor que nos olvidamos de lo más importante y relevante en nuestra vida: Estar a gusto con nosotros mismos. Necesitamos sentirnos útiles, por tanto sin duda alguna el trabajo o realizar cualquier tipo de actividad como por ejemplo recreativa o deportiva, ayuda a nuestra autoestima. Si en un futuro no muy lejano los puestos de trabajo se viesen reducidos por distintos factores como la introducción de ingenios mecánicos en los procesos de fabricación, proceso conocido como maquinismo, tendría un efecto negativo para los trabajadores, como ocurrió, por ejemplo, en la Primera Revolución Industrial. Además, por otra parte, debemos de tener en cuenta que la sociedad de hoy en día está mucho más preparada que la anterior, educativa y profesionalmente. Por tanto, los que ahora son los adultos de ésta generación se encontrarán en un ambiente marginal done los puestos de trabajo se reserven a los más jóvenes, puesto que siempre es preferible una persona que tenga más conocimientos en un cierto sector económico a uno cuyo estudio se vea limitado. Por estas razones, sin duda alguna preferiría ocupar mi tiempo en cualquier tipo de actividad, por ejemplo en éste caso un trabajo, ya que sino esto generaría una depresión y problemas psicológicos relacionados con la falta de autoestima. 

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