
Si bien es cierto que la pobreza se ha erradicado en la mayor parte del mundo, no podemos olvidar que todavía existen poblados en África que ni siquiera tienen la posibilidad de beber cuando quisiesen, debido a la carencia de medios de transporte hacia los pozos o por supuesto, el servicio de agua a sus hogares (que no son más que chozas de barro y paja).
En este contexto, los niños son los más afectados en cuestión de la educación o también, claramente, porque carecen de alimentos suficientes para crecer correctamente. Por otra parte, la pobreza tiene como resultado una sociedad marginal y sin educación, y todo eso deriva a problemas mayores como embarazos no deseados, asesinatos, violaciones, etcétera.
Sin embargo, no hace falta coger solamente este ejemplo puesto que los niños en Siria sufren exactamente lo mismo debido a la guerra, o la población de las zonas rurales de China, o, por si fuese poco, en España, con los múltiples desahucios que sufren las familias porque no pueden pagar las caras facturas. No solo afecta a estos pequeños sectores de población, sino que lo hace a todas las personas del planeta porque, por supuesto, no podrán alcanzar ningún nivel escolar pleno y no podrán contribuir en la economía. Se convertirán en un lastre, ladrones. Todos los países deberían tomar consciencia que aportando posibilidades a los niños más pequeños, en unos años podrán obtener beneficios. Inversión a largo plazo.
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