Luisa nos pidió que escribiésemos un relato corto en primera persona que narrase un cambio enorme en nuestra vida o en la sociedad en la que vivimos.
Yo decidí contar una historia que me pasó hace unos años, solo que esta vez cambié a un final triste:
Cuando me desperté sabía que algo andaba mal, mi madre estaba hablando por teléfono y llorando, lo cual no sonaba muy bien cuando mi padre llevaba ya dos semanas ingresado en un hospital.
Mi madre fue corriendo al hospital mientras yo me sentaba en el sofá. No lloraba, solo pensaba e imaginaba todo lo que podría ocurrir y si debía o no contárselo a mi hermano pequeño.
Pasaban las horas y seguía allí sentada hasta que llamaron a mi teléfono.
Se me había caído el mundo encima, y no solo a mí, sino al resto de mi familia.
Leyre Hernández Luzón.
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